miércoles, 25 de noviembre de 2009

El Informe Taylor y los 10 puntos clave que dieron origen al Football Spectators Act

Muchas veces en el ámbito de la política, solemos decir que existe un cierto desapego por tratar las cuestiones de fondo. Y el caso de la violencia en el fútbol inglés no fue la excepción. Claro que, como vimos en la nota anterior, han sucedido tragedias monumentales que obligaron a la ya cuestionada gestión de Margaret Thatcher a actuar en concordancia con un pedido unificado por gran parte de la sociedad anglosajona: basta de sangre, basta de hooligans.


Por supuesto que el paso del tiempo hizo madurar a varias generaciones que comenzaron a cuestionar a los hooligans como role models. Jóvenes que no habían sido parte del surgimiento y explosión definitiva de los skinhead o grupos extremistas, no le encontraron verdadero sentido a la existencia del vandalismo como manera de reivindicarse. El hooliganismo llegó, en su etapa más cruenta, a exhibir esvásticas nazi o consignas abiertamente discriminatorias contra otros sectores de su sociedad, con la sola excusa de portar casacas rivales. En última instancia, por una cuestión puramente cromática. Yo soy azul y ellos rojo. El azul es siempre más fuerte que el rojo, y estoy dispuesto a demostrarlo. Las grescas en el ámbito futbolístico fueron moneda corriente durante siglos en una de las principales potencias de Europa. Fíjense sino que fue en 1880 que comenzaron los disturbios y, exceptuando las guerras mundiales, los violentos siguieron ganando espacios en las calles y avenidas del Viejo Continente. Tipos rudos, verdaderamente, dispuestos a todo. No hablamos de barritas inocentes. Creo que ni siquiera el retrato de las notas anteriores pueden graficar nítidamente cuán extremos eran esos niveles de violencia. Desde palos y piedras hasta armas de fuego, hombres pesados de un metro noventa y cientos de kilos entrenados en las artes del combate (muchos de ellos hicieron el servicio militar obligatorio), con incontables horas en gimnasios y cervecerías que ampliaron su poder de fuego y su capacidad de destrucción. Había odio, resentimiento por quien pensara diferente y se atreviera a contrariar las consignas de las firmas.

Todo llegó a su fin abruptamente. Aquí veremos la forma en que políticas públicas deberían ser llevadas a cabo con la firmeza de convicciones ideológicas y la respuesta concreta a los temas que desnudaron las miserias de una población en problemas.

Nace entonces, a pocos meses de la tragedia de Hillsborough el 15 de abril de 1989, el Informe Taylor. Un estudio general que buscó e identificó con éxito los principales puntos flacos que habían dado la venia, sin siquiera saberlo, para que el hooliganismo dijera presente y se mantuviera por más de 30 años. Asimismo, puso especial antención en las tragedias previas, sentando la base para un total de 76 indicaciones básicas "para la regulación de la violencia en los estadios". Entre ellas se pudieron apreciar, por ejemplo, que uno de los problemas era que no se habían establecido capacidades máximas para cada terraza, que las dimensiones entre las cercas de separación entre las terrazas y la cancha no permitieron que la gente escape de la aglomeración, y además, que la ineficiente comunicación entre miembros de la policía y los organizadores retrasaron en casi 30 minutos el reconocimiento de lo que sucedía en el estadio.

Lord Justice Taylor, supervisor de las medidas, dispuso que todas las gradas de concreto en Inglaterra y Escocia fueran retiradas y pusieran asientos en su lugar. Así, decía, se podría contabilizar la cantidad de espectadores y controlar de manera más efectiva al público. Además, hizo sugerencias en torno a la capacitación de la policía en el manejo y auxilio de multitudes y el mejoramiento en la comunicación interna.

El accionar del juez de la Corte de Apelaciones, Sir Clarence Taylor, derivó en lo que se dió a conocer como "los 10 Mandamientos del fútbol inglés" que rápidamente encendió la esperanza en otras realidades deportivas que sufrían el vandalismo de las hinchadas locales. The Football Spectators Act, lanzado en 1990 con el compromiso de la entonces Primera Ministra Margaret Thatcher, contempló lo siguiente:


1) La redacción de un informe completo que identificara las causas de la violencia en el fútbol (Informe Taylor)

2) Se aprobó impedir el ingreso de por vida a quienes violaran las normas establecidas y a los hinchas más violentos. Se prohibió el porte de armas y el consumo de alcohol y drogas.

3) Multas y sanciones no sólo para los violentos sino para todos los estamentos de la sociedad: Por ejemplo, si agarraban un grupo de hooligans en un sitio público, los dueños debían dar aviso a las autoridades. Sino lo hacían, podían sufrir castigos económicos por ello.

4) La creación de cuerpos especiales de la policía para combatir cuerpo a cuerpo con los hooligans. Lograron infiltrar agentes en las firmas para conocer su modo de vida y operación, logrando llevar a la justicia y condenar a un total de 35 personas con prisión perpetua y crear una lista negra con más de 5000 hooligans vetados de asistencia a los estadios de fútbol.

5) Los 92 equipos de la Asociación de Fútbol inglesa formaron grupos de logística para atender las relaciones públicas, logrando disminuir la presencia de uniformados dentro del estadio y que estos se trasladaran a las inmediaciones del estadio para dedicarse a la prevención de grescas entre hinchadas rivales.

6) A través de una serie de convenciones, lograron universalizar los criterios de seguridad en los estadios con planes de emergencia específicos de acuerdo a la estructura del estadio, la ubicación, cantidad y calidad de los accesos.

7) El uso de tecnologías de punta al servicio de los asistentes. Esto es, la instalación de circuitos cerrados de televisión modernos y sistemas de identificación personalizada (huellas digitales, bancos de datos)

8) En 1990, la Asociación de Fútbol inglesa les dio un plazo de 9 años a los 92 equipos para adaptar sus estadios o para que se construyeran otros en su lugar.

9) El Estado se hizo cargo de otorgar créditos para que los clubes pudieran cumplir con los plazos establecidos y así llevar adelante las medidas de la forma más eficaz.

10) La implementación de carnets exclusivos e intransferibles para conocer los antecedentes judiciales de los hinchas. Muchos hooligans debieron asistir obligatoriamente a comisarías designadas por las autoridades en cada fecha deportiva que tuviera como protagonista a sus equipos.

Hay varias cosas que me gustaría aclarar. En principio, que el fenómeno hooligan es mucho más grande que lo imitado en nuestro país. Al punto tal, que hay que aclarar los hooligans no necesitaron nunca del apoyo de dirigentes del fútbol ni de la política. Eran verdaderos parias, engendrados en el bajomundo. Lo que hoy se ve en la Argentina es una infantil imitación de algo que alguna vez tuvo un propósito ideológico. El caos era un estilo de vida para los hooligans. Con el paso de los años, como dije anteriormente, las generaciones que crecieron venerando a los exponentes más notorios del hooliganismo se dieron cuenta de que ese camino sólo conducía a la muerte y no había quién festejara sus hazañas pasadas puesto que sólo se dedicaban a sobrevivir. No había lugar para la leyenda. Y quizá sea por esa razón que hoy en Inglaterra y gran parte de Europa, donde había hooligans, hoy hay personas normales que se reformaron con el castigo y un Estado presente en todos los aspectos relacionados a la violencia de estos vándalos.

La otra cosa que me gustaría aclarar, es que muchas veces creemos que se puede solucionar de fondo la violencia en el fútbol argentino y mundial con sólo imitar a rajatabla el ejemplo inglés, cuando no es así. No hay discusión en esto. Lo que sí valoro y por eso lo comparto, es que existen alternativas para mirar al futuro con esperanzas. Sólo hace falta dar el primer paso. La responsabilidad es ahora mía y de ustedes. Demos un mensaje de paz y de alivio para aquellos que literalmente mueren por disfrutar de una de las pasiones más lindas que es el fútbol. No a la violencia. Dedicado a la memoria de Marcelo Cejas, un hincha de Tigre cuyas últimas palabras fueron "me alegro de haber llegado a ver a Tigre en Primera". Un abrazo a su familia y para todos ustedes.

lunes, 23 de noviembre de 2009

The Footballs Spectators Act. Dos casos emblemáticos que significaron el fin de la era hooligan.

"Estamos hablando de muchachos muy crueles, muchos de ellos psicópatas sin miedo de ningún tipo. Y no estamos hablando de una firma que disponía de un gran número de personas, quizá unos diez o veinte de nosotros". La palabra corresponde a un antiguo líder del Millwall Football Club, actualmente militando en la Liga 1 del fútbol inglés, es decir, la Segunda División. El raid delictivo de los Millwall Bushwackers es bien conocido en Inglaterra, habiendo causado durante la década de los ochenta incontables desmanes en cada encuentro disputado por su equipo de preferencia, ya fuera de locales o en calidad de visitantes.


¿Recuerdan que la historia de estos grupos sólo podía ser escrita con sangre? No es una exageración, lamentablemente. Y tan sólo he mencionado dos casos particulares de las cuarenta y ocho firmas que hoy continúan operando en una de las ligas más cotizadas del fútbol europeo y mundial. Esta breve introducción les servirá, seguramente, para anticipar los hechos que signaron el final de una escalada violenta entre las décadas del '60 y '90, época en que se registraron más de 25 incidentes por vandalismo cada año en Inglaterra. Lo cierto es que la violencia en el fútbol inglés encuentra registros desde 1880, sólo cuarenta años después del surgimiento del deporte en la Argentina*. Por aquella época, los duros se limitaban a ocasionar desmanes en calidad de locales, puesto que para la época era muy difícil trasladar a tanta gente en tan corto período de tiempo. Era bastante común asistir a un encuentro y que el árbitro del encuentro y los jugadores del equipo contrario sufrieran lesiones de variada consideración. Hubo un breve lapso entre ambas guerras mundiales en que la actividad delictiva relacionada al deporte se vio opacada, y recién en la década de los '60, el tema atrajo nuevamente la atención de los medios.

Al principio, los espectáculos deportivos registraron peleas entre fanáticos (quienes luego decidieron organizarse en pequeños grupos de choque). Nacieron así, a mediados de 1960, lo que en su momento fue considerada la english desease (o enfermedad inglesa). Un mundo peligroso, sí, pero a la vez fascinante. Y el avance de estas agrupaciones con el correr de los años ha ido acompañando el crecimiento del propio deporte casi simultáneamente. Los relatos de cómo fue cambiando la costumbre de asistir únicamente de local para pasar a terrenos enemigos se debió a los Football Specials, charters de trenes operados por la British Railways (resultado de la nacionalización y fusión de cuatro compañías ferroviarias en 1948, luego privatizada por etapas entre 1994 y 1997) durante el Gobierno de John Major, octavo Premier bajo el ala de la Reina Isabel II. Desde sus comienzos, el hooliganismo rápidamente se identificó con el movimiento skinhead de los '60 y las fuerzas de seguridad, al advertir esta conducta compartida por los asistentes, reprimió con dureza a exponentes notorios de dicho culto urbano-marginal. Rápidamente, y para pasar desapercibidos, muchos violentos optaron por "emprolijar" su modo de vestir e identificarse, desarrollando la conocida sub-cultura casual. Se caracterizaron por vestir ropa de marca, con Le Coq Sportif, Lacoste, Timberland, Ralph Lauren y Abercrombie and Fitch a la cabeza. Personas que pasarían inadvertidas pero que rápidamente cobrarían notoriedad, enfermando a la sociedad británica con sus desmanes y violencia sin siquiera un gramo de culpa.

¿Qué pasó con aquellos gladiadores, auténticos bárbaros? Hubieron dos hechos puntuales que colapsaron a la sociedad inglesa:


1- The Heysel Tragedy: 29 de mayo de 1985 http://www.youtube.com/watch?v=uQbW5ww1mCo

Durante un partido entre el Liverpool FC y la Juventus FC, un total de 39 simpatizantes italianos perdieron la vida producto de una avalancha masiva deliberadamente provocada por simpatizantes ingleses, que además lograron herir a otros 600.

¿Qué pasó? El brutal asesinato de los simpatizantes italianos encuentra registros previos en un partido disputado en enero del mismo año, ocasión en que ambos equipos disputaban la Supercopa de Europa, y tal derecho les fue otorgado luego de que el equipo inglés triunfara en la Copa de Europa y la Juventus resultara vencedora de la Recopa Europea. El partido que debió ser de ida y vuelta fue 2 a 0 en favor de la Juventus. Y digo esto porque los ingleses no disputaron el segundo partido por no haber encontrado fecha en su calendario anual de encuentros.Como era de esperarse, la desazón y el resentimiento crecieron en el alma de los hooligans.

Lo curioso del caso de Heysel fue que, un año antes al 0 a 2, simpatizantes del Roma FC habían castigado física y verbalmente a los ingleses, provocando la ira de estos últimos. Según se dice, los medios sensacionalistas ingleses puntualizaron este hecho días antes al encuentro que se disputaría en Bruselas, calificándolo de "un épico partido entre lo que se consideraba la élite del fútbol europeo.

Los hechos del 29 de mayo de 1985 se desencadenaron una hora antes del partido cuando aficionados del Liverpool (en total estado de ebriedad e intoxicados por drogas) se abalanzaron contra parte de la hinchada italiana que se encontraba en un sector cercano y fueron literalmente sepultados por la ola frenética que provocó la negativa italiana a trenzarse a golpes de puño con los ingleses y quedando atrapados en los enrejados que limitaban el acceso al campo de juego y algunos muros de concreto situados alrededor del estadio.


2 - The Hillsborough Tragedy: 15 de abril de 1989 http://www.youtube.com/watch?v=1q47bOtV3-Y

También con el Liverpool FC como protagonista, esta vez frente al Nottingham Forest, el capítulo se conoció como "la mayor tragedia del fútbol inglés", contabilizando 96 víctimas fatales y 170 heridos. Ya desde antes de comenzado el encuentro se sabía que algo iba a salir mal. En el minuto 6 del primer tiempo, el alambrado perimetral de la tribuna Leppings Lane cedió ante la presión de los hinchas del Liverpool FC que finalmente lograron ingresar.

El ingreso masivo de gente y la colmada capacidad de la tribuna generó una avalancha que aplastó a los hinchas contra las rejas perimetrales. Lo macabro del caso fue que los muertos y heridos quedaron tendidos en el campo de juego hasta entrada la noche, momento en que las fuerzas de seguridad terminaron con los peritajes correspondientes.

En 1990, meses después de la tragedia, la Corona Británica instó a su Primera Ministra Margaret Thatcher a tomar cartas en el asunto, y el resultado final de dicha acción fue lo que se conoció como el Footballs Spectators Act. Esto marcó claramente el final de la era hooligan, no así el de las firmas. Pero eso lo veremos en la próxima entrega, ya que considero es un capítulo que deberíamos analizar con detenimiento para lograr resolver de una buena vez y para siempre la violencia en el fútbol que, casualmente, no se cobraron nuevas víctimas en la fecha 15 del Torneo Apertura '09 de puro milagro.











* El fútbol llegó a nuestro país en el año 1840, practicado por los tripulantes de barcos ingleses que entretenían sus ratos de ocio en los terrenos próximos al puerto.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Trailer de "Green Street Hooligans (stand ground and fight)"

Primera parte - El origen e impacto de hooliganism en Inglaterra.

Ya sean los hooligans ingleses o los ultras en gran parte del territorio europeo, como las barras bravas en Sudamérica, el fenómeno de aquello que aún rodea al ambiente futbolístico sólo puede ser escrito con sangre. Lo que hoy, en Inglaterra y el resto de Europa, es abucheado por los asistentes no fue así unos cuarenta años atrás. Cuenta la historia que las agrupaciones hooligan nacieron al mismo tiempo en que se disputaba la Copa Mundial de Inglaterra en 1966. Producto de la crisis social que vivía por aquella época gran parte de la sociedad inglesa (sobre todo en los grandes centros urbanos), los propios "desocupados y excluídos del sistema" se conformaron en lo que se dió a conocer como "firmas". El principal error de la política de aquellos años fue, inocentemente, no haber identificado claramente los objetivos de tales agrupaciones, y como consecuencia se vivieron momentos de confusión, puesto que "no hubo una clara intención de diferenciar a los grupos violentos de los actos relacionados con el mundo del fútbol.

Con el paso de los años que le siguieron a la Copa Mundial de Inglaterra 1966, las firmas crecieron en poder y en número al punto tal de protagonizar casos emblemáticos para la historia del deporte. Recordemos que acá no estamos hablando de las glorias futbolísticas. Nos adentramos, ahora sí en un mundo que no conocía figuras de la talla de Pelé, Platini o Maradona. Ellos tenían sus propios ídolos a imitar. Modelos violentos de una sociedad convulsionada. Fue tal el impacto de que no tardó mucho en develarse el mundo de la violencia alrededor de un evento deportivo. El cine es un claro ejemplo de ello. Los medios en general se hicieron eco, además. El ejemplo más reciente es la película "Green Street, stand your ground and fight" (mantén tu posición y pelea en español), una producción independiente del 2005 con Elijah Wood y Charlie Hunnam como protagonistas principales. Allí se desnudan cuestiones muy sensibles que generaron rechazo en gran parte de los "antiguos" violentos porque evidenciaban cuestiones que habían quedado sepultadas en la memoria de la mayoría.

Cuenta la historia de Matt Buckner (Elijah Wood) que es echado de Harvard por haberse encontrado en su habitación sendos gramos de cocaína. Aceptó un soborno de U$D 10.000 dólares para auto-inculparse y reconocer que la droga era suya, pero lo cierto era que pertenecía a su compañero de cuarto, un acaudalado hijo pródigo de una familia prestigiosa, Jeremy Van Holden. Matt, estudiante de periodismo, viaja a Inglaterra para vivir con su hermana y allí conoce al hermano menor del novio de ésta. Lo que él no sabía era que el novio de Shannon (Claire Forlani) era un antiguo miembro de la firma que apoya al West Ham United (la GSE), y quien resultó ser en su época de juventud el "Major" o miembro más importante dentro de la agrupación. El reciente nuevo miembro de la GSE no sabía dónde se metía, y no fue hasta su primer partido oficial que descubrió ese mundo oculto cuando protagonizó una gresca con un equipo contrario y "le divirtió" trompearse y vencer a un muchacho más corpulento que él. La naturaleza periodística de Matt, que entre la GSE se debatía su futuro como profesional de la mano de su padre, lo llevó a seguir un diario personal en su computadora portátil. Los hechos que desencadenaron al descubrimiento por parte de un miembro rencoroso de la cúpula de la GSE, lo llevaron luego a querer demostrar a otros y a sí mismo que su compromiso con la firma (no con el club en cuestión) era "hasta la muerte".

No es más que un crudo retrato de lo que significó para muchas generaciones el fútbol. Ciudadanos que habían perdido el trabajo y su honor decidieron, en compañía de otros, reinvindicarse. Las intenciones iniciales de este grupo de organizados fue la necesidad imperante de destacarse, by any means necessary. Si bien la brillante producción recibió críticas muy buenas, muchos simpatizantes o hinchas reformados criticaron que las imágenes revelan una versión exagerada de la realidad que se vive en los alrededores de los estadios de fútbol. En cualquier caso, sea exagerado o no, es algo que ocurrió y nació, como dije en el Mundial de 1966. Aquí, una breve reseña de lo que fue la escandalosa final entre Inglaterra y la Alemania Federal el 30 de julio en Londres, con un Wembley Arena que acogió a 97.924 almas.

Los primeros 90 minutos decretaron un 2 a 2 y jugada la prórroga, la suerte o la polémica decisión del juez de línea ruso Bakhmarov obligó a Gottfried Dienst (árbitro suizo) a convalidar un gol que no fue. Corría el minuto 11 de la primera etapa de prórroga y minutos más tarde el goleador del partido, Sir Geoff Hurst pondría la cifra definitiva, decretando así el primer y único campeonato mundial del conjunto británico. Es muy curiosa la historia de Hurst, porque como podrán advertir, lleva el título otorgado por la Corona británica, nada menos que una membresía honorífica de la Orden del Imperio Británico.

Si bien entendemos que el inicio del hooliganismo en Inglaterra se dio durante la Copa Mundial, no fue hasta 1985 que se escribiría el primer capítulo de violencia. En próximas entregas, conocerán ustedes de primera mano lo que fue el comienzo de una era de terror, donde los violentos ganaron espacios e invadieron otros, convirtiéndose en aquellas épocas como "modelos a seguir" por miles de jóvenes influenciados por movimientos de la contra-cultura como los skinheads y los punk, entre otros grupos juveniles de la década de los 60.

CRÓNICA FINAL MUNDIAL 1966

http://www.todoslosmundiales.com.ar/mundiales/1966inglaterra/historias/0037masno_robar.htm

jueves, 5 de noviembre de 2009

Otro mito revelado: Macri no es más que una versión maquillada de Néstor Kirchner.

Dice el dicho que no hay peor ciego que el que no quiere ver lo que tiene frente a sus ojos. Esa es la sensación que me despierta hoy la administración macrista en la Capital Federal. Me permití creer, al menos por un momento, que la cosa podía ser diferente. Siempre está esa esperanza que se renueva tras cada comicio, con cada figura pública que surge de las cenizas desparramadas por el anterior representante. ¿Por qué piensan que muchos hoy en la Argentina están pensando en 2011? Faltan dos años para la renovación dirigencial. ¿Por qué anhelamos tanto el recambio? Aquí se desprende otra cuestión que no alcanza a advertir la mayoría insensibilizada de la sociedad argentina y por esto me preocupo demasiado: El aire de recambio del que tanto hablamos no necesariamente va a traer nuevas caras a la política. Sí algún que otro funcionario que marque las diferencias, pero no podemos (por pura lógica) esperar que la clase política renazca así como así. No va a pasar.


El secreto de la democracia está en saber cómo sacarle el mayor de los provechos. Valerse de la ayuda de un sistema que sólo debería apuntar a mejorar la calidad de vida de la gente. O mejor, garantizar la posibilidad de desarrollarse. En sistemas como el comunista, todos ustedes lo saben, existe esa triste dicotomía entre el mundo de las ideas y la realidad tangible: Un mundo igualitario y más justo para todos sí, o más o menos. Son todos pobres. Son todos perseguidos. Algunos críticos de la democracia la definen como "un sistema menos malo que el comunismo". Yo que defiendo la democracia, tengo que decir que es por lejos el mejor sistema. Sistema que, bien llevado adelante, sólo puede augurar libertad y pujanza para todos.

¿Por qué arranqué así la nota de hoy? Bueno, por la razón más evidente claro: Lo que debería ser fuente de libertades y prosperidad hoy es un esquema prostituído por las muchas mentes criminales que nacieron y crecieron en la política. En notas anteriores hemos definido o intentado definir el concepto siempre polémico de la "mente criminal". De hecho, fue éste el primero de los temas relacionados con la seguridad de todos los argentinos. Expuse además, con el correr de los días, una serie de tópicos que consideré serían los puntos fundamentales a la hora de discutir un tema tan sensible y movilizador. Permítanme recordar que allí concluí con que en la Argentina había dos grandes temas que, sin media palabras, debía instalarse en las mesas de cada hogar: "Para que exista la verdadera democracia, necesitamos resolver dos penosas realidades; por un lado, atacar el hambre y, por el otro, asegurar la vida plena de cada uno de los cuarenta y tanto millones de argentinos.

Decía al principio de la nota que no hay peor ciego que el que no quiere ver. Y la Capital Federal, a través de los años, se convirtió en el claro ejemplo de ello. Las diferencias se ahondaron con la gestión de Mauricio Macri y Gabriela Miccheti. Se vieron desbordados por una realidad que contrastaba duramente con el ideario del PRO. Los diez kilómetros de subte fue una de las primeras aproximaciones a lo que sería un gobierno de acción. Como todo en la Argentina, no pasó de ser una mera intención. Más aún cuando las relaciones con el kirchnerismo se vieron afectadas por la cuestión de la policía porteña. Fracasaron prácticamente desde el primer día, cuando quisieron demostrar que lo suyo era cosa seria. Nuevamente son los diarios los que advierten de una administración tan ineficiente que, lejos de siquiera intentar solucionar los temas, se detienen a ver qué tanto pueden sostener el discurso "de propuesta" sin dar claras señales de actividad neuronal ni física. Tapando el sol con la mano, o intentándolo vanamente. Yo soy de esas personas que confían en el peso de la historia. El paso del tiempo hace que nos preguntemos muchas cosas. Además, como es tendencia en nuestro país desde hace años, siempre se han juzgado a los ladrones. Lamentablemente para todos, esos juicios nunca prosperan y ellos se pasean libres como cualquiera de los honestos ciudadanos. El tiempo dirá que suceda con los gauchos cuatreros que hoy desangran a la República.

La triste imagen que hoy recorre los diarios nacionales, o la triste noticia en realidad, es que Macri (por acción de UCEP) agranda el espacio entre el suelo y el tapete cuando sumerge en el olvido la cuestión de la indigencia. De aquellas cosas que avergüenzan a las clases dirigentes del mundo. No es más que lo que sucede en otras capitales del mundo. Incluso en países con economías florescientes, eh. Por eso es vergonzoso que suceda. La oferta cultural choca permanentemente con la realidad social. ¿Cuántos turistas vienen a nuestro país a disfrutar de nuestros paisajes? Un país que siempre presentóse al mundo como la nueva Europa, la Buenos Aires constituída gracias a las olas inmigratorias de finales del siglo XIX y principios del XX. Es únicamente gracias a la ineptitud de una sucesión continua de gestiones irresponsables lo que avala que hoy gente sobreviva en calles que ya son peligrosas debido al flagelo de la inseguridad. Fíjense cómo algo que casi evade al común de la gente reaviva la polémica sobre los dos grandes temas, seguridad y pobreza.

Discriminación y una actitud xenófoba se conjugan en este cóctel explosivo. Tal como lo expresa el diario Página/12, la Unidad de Control del Espacio Público carga con una sucesión de denuncias por abuso a la hora de controlar y "desalojar" a los miles y miles de argentinos que no tienen acceso a la vivienda y tienen que sobrevivir cuidando sus pocas pertenencias de posibles ataques. Según dieron a conocer las denuncias contra la UCEP, "la unidad de control sigue operando de madrugada contra asentamientos de indigentes y, por sobre todas las cosas, muchas de esas personas desalojadas componen familias enteras". El Juzgado Contencioso Nº 2 recibió en los últimos días denuncias durísimas contra el organismo de control porteño. ¿Hasta cuándo soportaremos esta hipocresía? Pido a todos hoy que si el día de mañana son testigos de hechos similares a estos, no esperemos el próximo turno electoral para reflexionar. La situación es crítica para muchos, dejemos de intentar tapar el sol con la mano. Hagámonos cargo.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Ahogados en un mar de lágrimas: Esperando la próxima víctima.

La situación en nuestro país es calamitosa. No se aguanta un minuto sin oír en el noticiero que alguien sufre por algo en la Argentina. A veces prendo la televisión con la esperanza de encontrar algo nuevo, pero lamentablemente nada puede sacarme de la eterna depresión a la que caigo cuando advierto que soy argentino. Por el momento sólo quiero dejarles una buena parte de mí con estas líneas. Sepan que, desde aquí al menos, siempre quise escribir desde el plano más íntimo, más personal. Por demás sin temor a ser criticado. Lo que escribo es lo que soy, y lo que digo es lo que hago. Simple y al grano. Así me defino. Por estas razones no me significa mucho esfuerzo decir que me avergüenzo de ser argentino. Por todo lo que significa, claro y también por todo aquello que querríamos significar. Somos grandilocuentes. ridículos. Queda claro que siendo así, sólo podemos esconder un complejo de inferioridad. Aparentamos ser más que el resto. Vivimos en la mentira si es necesario, puesto que aún ante evidencias concretas, tendremos alguna salida ingeniosa para dejar mal parado al otro. Una sociedad compuesta por genes de ese tipo solo puede aspirar a ser una nación individualista por un lado, y por el otro, tremendamente egoísta. ¿Quién querría cargar tanto peso sobre sus hombros? ¿Les extraña que me avergüenze?


Decíamos una sociedad individualista y también egoísta por el motivo recurrente: Mientras mi espacio vital esté tranquilo, ¿por qué habría de preocuparme por otros? A la larga sabemos que nos va a jugar en contra, pero asumimos el riesgo igual. Somos el todo o la nada, el pan y la torta. ¿Qué soluciones podríamos crear sobre los temas que más nos preocupan? ¿Por qué siempre tiene que haber una nueva víctima para hablar de esto? No quiero pasar por la vida siendo un sobreviviente. Quiero soluciones, o al menos quiero participar de su gestación. Sobre la base de nuevas y buenas ideas se construyen las cosas. Por eso me da rabia la situación en la que estamos. Ni las nuevas ni las buenas ideas se manifiestan, seguimos en la pavada. Me resulta muy curioso esto de "perder el tiempo".

En realidad no lo sabemos cuando chicos, pero el curso de la vida enseña que tenemos demasiado poco tiempo para hacer las cosas que planeamos. No vivimos tanto como quisiéramos. Se nos enseña, ahora sí cuando chicos, que debemos esforzarnos a diario por conseguir lo que queremos. ¿Qué manera de vivir es esa en la cual lo que conseguimos se puede esfumar en un segundo? ¿En qué cabeza cabe que eso es vida? La torpeza criminal de la dirigencia nos sumió en tal crisis que ya no podemos confiar ni en el vecino de toda la vida. Las vidas perdidas deben permanecer siempre unidas a la memoria de la sociedad. No olvidemos a las víctimas que hoy las autoridades del oficialismo quieren esconder bajo el velo de la "sensación".

O ya no es más sensación desde que Daniel Scioli pidió discutir el tema de la baja en la edad de inimputabilidad de los menores delincuentes. Algo que se expresara favorablemente Juan Carlos Blumberg en las tres convocatorias que realizó luego de la muerte de su hijo Axel. Las madres del dolor le siguieron al reclamo de Blumberg. Recordemos el caso de Marcos Schenone (asesinado por el dueño de Dallas en Martínez). En Juan Carlos, el falso ingeniero, nació un referente para todo lo relacionado con seguridad. Luego, con el tiempo, aprendimos que las soluciones no nacían de una sola cabeza y dejamos de idolatrarlo. Pero ni siquiera allí nos unimos. Continuamos por separado y nos volvemos a unir tras el intento de asesinato al "Negro" Cáceres. ¿Acaso no nos damos cuenta que perdemos más que una persona? Y no lo digo en el plano familiar o social. Lo digo por el espacio que deja vacío. Todas las cosas que alguna vez planeó hacer y las que estaba haciendo hasta el momento en que se convirtió en víctima. Nadie va a continuar con los proyectos personales de uno. No lo quisiera para nadie, porque cada quien tiene su vida y sus cosas. Cuando un miembro de esta sociedad es desterrado de su posesión más preciada, la salud, insisto se pierde más que una vida. Scioli me avergüenza. Todos me avergüenzan.

Mientras tanto seguimos ahogándonos en un mar de lágrimas. Y la torpeza política, desde el oficialismo a la oposición, sólo embarra la cancha. No puede una mente sana competir con la sed de reconocimiento y poder que exigen los políticos de hoy y de siempre. Todos quieren erigirse como salvadores de la patria nuestra. Lo que más entristece es que los que dicen representarnos prefieren discutir a puertas cerradas y de espaldas a la sociedad. De nada sirve Gobernador que bajemos la edad de la inimputabilidad si esa pretende ser la solución. ¿Por qué piensan que es tan simple? ¿No creen que lo hubiéramos solucionado? Lo que hace falta acá es poner en práctica un ejercicio que muchos de ustedes conocerán y es aquel que exigía el "cu... en silla". Yo quisiera concretar mis futuros proyectos y consolidar los actuales. A la clase dirigente le pido ahora, no me quiten la posibilidad de hacer lo que vine a hacer a este mundo. Hasta la próxima.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Ya estamos sufriendo la inoperancia política, ¿hasta cuándo?

El caso del "Negro " es uno de los tantos que se dan a diario, cuando la Inseguridad golpea fuerte y el estado de desprotección es alarmante. El fútbol hoy está conmovido tras enterarse que este defensor de Argentinos Juniors (en donde empezó y terminó su carrera, más concretamente entre 1986 y 2007), y que además vistió  la de River y Boca se debate entre la vida y la muerte. Una carrera profesional coronada por haber sido emblema en la defensa cuando se jugaba el mundial de USA '94, vistiendo la albiceleste un total de 24 partidos oficiales y con un logro internacional en 1993, la Copa América de Ecuador.

A dos años de haberse retirado de la actividad deportiva, Fernando Cáceres, de 40 años hoy se debate por su vida en el Hospital Ramón Carrillo. Su estado de salud es crítico, según informan los últimos partes médicos de la entidad sanitaria. En tanto, las investigaciones por averiguar el paradero de los asaltantes han rendido sus frutos producto de una serie de operativos cerrojo policiales que cercaron a los delincuentes, habiendo capturado a siete de ellos. Los operativos se realizaron en asentamientos del Partido de Tres de Febrero, entre ellos el complejo departamental de Fuerte Apache y la Villa Carlos Gardel. El ministro de Seguridad Bonaerense, Carlos Stornelli informó que "de los siete detenidos, al menos dos tienen 15 años y todos estarían involucrados en el ataque". Sólo el tiempo dirá qué consecuencias traerá este incidente en la vida de Fernando.

¿Qué decir de todo esto? ¿Qué esperan que diga hoy? Es todo muy triste, la vida de un hombre de trabajo, de familia se echó a perder en un instante. Tal es el caso de, como adelantábamos desde el principio, de muchos argentinos a diario. En el país condenado al éxito, el país del "nunca pasa nada", el país en el que cuando suceden las cosas la culpa es del otro. Un país que alguna vez supo ser algo y terminó sin identidad ni rumbo. Me sorprende cómo no suceden cosas incluso peores debido a la situación en la que estamos. Las únicas certezas que aportan el caso Cáceres son que, desde el punto de vista más apartado, la sensación es que las cosas no se están haciendo de la mejor manera. ¿Por qué seguimos lamentando víctimas por causas perfectamente evitables? No estoy diciendo que de la noche a la mañana se resuelvan todos nuestros problemas. Olvidémonos de recetas mágicas que sólo funcionan para los avivados. Con una mano en el corazón le pregunto a los hombres y mujeres de la política: ¿Por qué nadie hace nada? ¿Cómo puede ser que no hayamos alcanzado siquiera algo en el combate contra la delincuencia? ¿Por qué políticas oficiales en favor de terminar con la Inseguridad sólo cultivan nuevos casos?

Tiempos duros los que corren. Mientras la sociedad argentina lucha por continuar con sus vidas normales, no deja de estar atenta a cualquier cambio en el escenario. A pesar de todos los esfuerzos, aún no hemos logrado percibir mejoras en nuestras calidades de vida. Podremos continuar con la nota de hoy enumerando las muchas cosas que harían falta para superar esta situación de desamparo, pero mientras desde la política sólo se busque una perpetuidad en el poder y la discusión sin cuartel, dudo que la situación mejore. Quisiera ser un poco más optimista, de verdad. Lamentablemente, la realidad choca contra mí demostrándome cuán vanas son las palabras que escribo. De momento, lo único que podemos hacer es pedir ayuda. Pero, ¿a quiénes recurrir? No es tan fácil confiar en la gente. Incluso entre quienes vemos todos los días.

Síntoma que se manifiesta cuando las cosas están peores de lo que podíamos imaginar. Ya no confiamos en la gente, pero de todas formas, es exactamente la única opción que nos queda. Limitemos la discusión a lo más básico de ahora en más. . ¿Qué puedo hacer yo por mi barrio, cómo puedo contribuír? Como con esto de la seguridad las teorías nunca son buenas, qué mejor manera de comenzar practicando las soluciones. No son pocos los que nada saben de su vecino de en frente ni en de las casas contiguas. No se sientan mal, sucede más a menudo de lo que cualquiera podría creer. Practiquemos, vayamos a lo concreto. Conozcan a sus vecinos, sepan cuáles son sus principales preocupaciones. Saber qué tipo de prácticas llevan a cabo podría eventualmente coordinar el resto de la cuadra en la misma sintonía si el sistema es eficiente. Sino, no se priven de alentar al otro a cambiar por un mejor sistema. Así hasta tanto un espacio mínimo de seguridad se vaya expandiendo hasta alcanzar barrios enteros. No es tarea fácil, lo sé. Pero extremadamente necesaria cuando hemos llegado a caer tan bajo, punto en el cual resulta muy difícil ponernos de pie nuevamente.

Estamos adormecidos en nuestra propia incompetencia. Porque nadie es experto en seguridad, son pocos los que realmente conocen las mejores opciones para proteger a sus hijos. La falta de información por parte del Estado y la desesperación constante nos mueven a conseguir cualquier cosa con tal de generar en nosotros una mínima sensación de seguridad. Es por esta razón que muchos argentinos oscilan entre las cámaras de seguridad y los perros de guardia sin siquiera advertir que, de forma descoordinada, las soluciones muchas veces pueden ser parte del problema.

Párrafos atrás mencioné al ministro de Seguridad Bonaerense Carlos Stornelli. Es curioso y no quiero ser mal pensado, pero ¿cómo puede ser posible que un caso así arroje resultados tan claros cuando otros casos nunca logran esclarecerse? Es preocupante, puesto que según contaron varios noticieros en televisión y algunas otras emisoras de radio, los detenidos estarían implicados en al menos dos casos de similares características. Tanto por el hecho de que solían abordar a las víctimas en autos robados para fines criminales como que estos malvivientes habrían protagonizado al menos dos asesinatos en Ciudadela, lugar donde sufrió Cáceres un frustrado asalto a su BMW y que culminó tras varios disparos a corta distancia.

Fernando Cáceres, es ese defensor central que me maravilló tantos años por su corazón y su técnica intachables, de esos hombres que iban al piso cortando avances rivales... La clase de hombre que quisiera tener en mi amado Club Atlético Tigre, que hoy se da el lujo de contar con la experiencia y simpatía de otro histórico, el "Vasco" Arruabarrena. Un abrazo sentido de gol para el fútbol argentino que lamenta un caso que podría haberse evitado. Como tantos otros que, por descuidar y bastardear nuestras fuerzas de seguridad, lloramos todos los días. ¡Que te mejores pronto Fernando!.

viernes, 30 de octubre de 2009

Los fondos de la ANSES respaldarán la apuesta kirchnerista.

Con el Bicentenario a la vuelta de la esquina, el Gobierno finalmente advirtió que no puede hablar más a futuro. No puede planear al mediano y menos al largo plazo. Ya estamos prontos a cumplir 200 años como nación constituída y ni Cristina ni Néstor Kirchner se imaginaron alguna vez que llegarían con el agua al cuello. No lo anticiparon. Simplemente creyeron que el cumpleaños era un objetivo más romántico que real. Devolverle la dignidad al pueblo argentino que tantas penurias sufrió en los últimos años (si acaso reconocieran errores). Un pueblo que terminó de morir en la década del '90 como quisieran creer los Kirchner y que renació junto con la asunción de un desconocido sureño. Ya hemos hablado extensamente acerca de la incapacidad de preveer que padece este Gobierno, y la gran ocasión patria no puede ni debe ser la excepción a la regla. Olvidémonos por un momento que ésta es una movida clásica de un ajedrecista que sabe en poco le caerá un jaque mate y concentrémonos en los viles intentos por demostrar que este no es un manotazo de ahogado sino un Gobierno listo para la acción y dinámico, con nuevos faros que alumbren el camino. Los antecedentes del Gobierno no son demasiado alentadores. Sobre todo teniendo en cuenta que mientras el país se derrumbaba a causa de sus maliciosas recetas, primaba la ideología extrema y no el diálogo y el consenso.

Perdonen si aprendí a ser escéptico. Es que estas gestiones pasadas y las anteriores han hecho que deba desconfiar de todo y no "casarme" con ninguna receta milagrosa. Lo que nos queda a cada uno es escribir el cuento sobre qué cosas queremos para nuestras vidas. Como Spencer Johnson. Sortear riesgos y aceptar desafíos para alcanzar nuestros anhelos. Por fuera de la política dañina, esa que deja secuelas hoy viernes 30 de octubre de 2009.

La ocasión auspiciosa nace desde lo más profundo del alma kirchnerista, como una suerte de salvataje social (ahora que están tan de moda) El objetivo no es otro que el que han perseguido por años sin éxito: la causa siempre presente en el discurso y ausente en la acción. Los pobres y desausiados en la Argentina. Causa que persiguiera Juan Domingo Perón (sin éxito también) , caudillo de estos hijos políticos. Emblema. De nada sirve... ni la fanfarria peronista va a tapar un posible fracaso, de ese que augura la oposición. Ni siquiera acallarán las voces contrarias con el gordito simpaticón que es el bombo. Yo siempre prendo una vela por la positiva, manteniendo las esperanzas intactas. El mismo caso que el de mi club, el Club Atlético Tigre por supuesto, los Matadores.Cristina sabe que no falta mucho para celebrar nuestros 200 años. Ella seguramente hubiera querido llegar a él con otro escenario. Pero, lamentablemente para todos, tuvimos que llegar con lo justo. A las apuradas, como de costumbre.

Me da la impresión que el apuro tiene que ver con un gobierno que busca resurgir como el Ave Fénix. No sé bien cuáles sean los objetivos que persigan con esto, pero no me concentraría demasiado en eso por ahora. Pensemos en el presente y los muchos hijos de desocupados que podrán contar con un subsidio de $180 y que le costará al Estado alrededor de $10 mil millones. El nuevo plan que impulsa el Gobierno busca a toda costa desarraigar el historial de subsidios a la pobreza que han fracasado (el Plan Jefes y Jefas es uno) Fíjense quién y en qué momento apareció este último en escena. Año 2002, gobierno de Eduardo Duhalde. ¡De Duhalde! Este mal peronista de querer arreglar todo con plata es lo que me preocupa más. Si bien la presidenta adelantó que no busca terminar con la pobreza con este plan, "constituye un paliativo para aquellos sectores que todavía no tienen la posibilidad de un trabajo decente". Lo que fue una conferencia transmitida por Cadena Nacional también se expresó en favor de asignar en forma universal para todos los hijos menores de familias desocupadas, para los que trabajan en la economía informal y para los discapacitados menores de 18 años. Queda expresamente estipulado que sólo podrán ser beneficiados menores argentinos, hijo de argentino nativo o por opción.

Uno de los puntos oscuros de este proyecto es quién lo financia. La ANSES nada menos. Los jubilados que hoy sufren las consecuencias de gestiones criminales, van a servir de fuente de juventud para mantener vigoroso este emprendimiento K. Ojalá me equivoque y las cosas verdaderamente sean más justas para todos. Por el momento, esto es todo lo que tengo para decirles.