lunes, 19 de octubre de 2009

¿Qué hemos hecho? El simple diagnóstico de un simple ciudadano de a pie.

Aceptamos al término democracia en nuestro vocabulario. Sin embargo, y esto es una tendencia latinoamericana, nuestra sociedad civil no comparte los rumbos adoptados por la política a la hora de cumplir el noble objetivo de servir a la patria. Mejor, no sólo el rumbo (aceptemos que siempre hay alguien que piensa diferente de una vez) sino los resultados que éste produjo. Los cambios positivos alcanzados. Lo que está fallando damas y caballeros, es la política. Pero no la de los grandes partidos, la de la fanfarria y el bombo. Ni siquiera de los claustros académicos que aparentan ser algunos otros partidos. Está fallando lo más básico. La función primordial de la política en solucionar los problemas del día a día, que cualquier ciudadano activo tiene. Desde los municipios, y esto lo hemos acordado tiempo atrás, se tienen que recuperar la imagen de las figuras preponderantes. No para gloria personal ni el ego, sino porque en ellos recaen las mayores responsabilidades para con el ciudadano común.


Por eso, cuando los argentinos nos levantamos hoy y leímos los diarios, nos enteramos que la consultora Knack http://www.knack.com.ar reveló que siete de cada diez argentinos cree que la democracia es preferible a cualquier forma de gobierno y nada más ni nada menos que el 83% no está satisfecho con el funcionamiento de las instituciones. Los amos del juego, dicen. Quien controle las instituciones controla el país. Y la Argentina no es precisamente Dinamarca. Alguien se equivocó, mientras que otros aprovecharon la movida y se embriagaron en la mentira de los ladrones. En principio, quisiera agradecerle a la consultora Knack que haya plasmado lo que los argentinos ya sabíamos desde 1983 hasta acá, que por flojera no nos hemos tomado el atrevimiento de imprimir el pensamiento de todos.

Las viejas columnas de Desarrollo, desde la primera a la novena, hablaba mucho de este tema, ¿recuerdan? Cómo la Argentina debía, de una buena vez, utilizar esa fuerza fundadora y tirar todos para el mismo lado, como aquella vez en que justamente hacíamos hincapié en superar las viejas heridas... De todas aquellas cosas que, con el tiempo, aprendimos a abrazar aprendiendo a decirle que no al autoritarismo, a las malas formas y a las mañas de la inmensa política para pasar por encima al electorado. Ha corrido mucha agua por el puente y quizá hoy aprendamos a valorar lo que tenemos. Ya lo decíamos nosotros en su momento, hoy esto escala más arriba y el ánimo de los argentinos tiene que hacer eco de este tema. No podemos permitir que todo lo que hemos sufrido en la época militar o los desastres de la década del '90 y posteriores sigan haciendo de las suyas en nuestras mentes. Nuestro país tiene que levantarse urgente y decirle a la política que estamos hartos todos de vivir de los grandes números.

Porque el INDEC no pone un plato de comida en la mesa ni el enajenado de Moreno te da laburo. No te pagan la cuota del colegio. Digo basta a creer que la democracia es únicamente ir a votar cuando corresponda y digo basta a esperar del otro lo que uno, por su propio bien y el de los suyos, tendría que hacer en circunstancias normales.

¿Qué tanto nos importa la democracia como sistema? Sí, es preferible poder votar y botar al que no haga las cosas bien, siempre pensando en los diferentes turnos electorales, y no andamos por la calle con miedo de saber que un militar no nos va a secuestrar y desaparecer. Pero cuidado argentinos. Analicemos un poco más allá de la gran cuestión. Porque algo hay en el medio de todo esto. Somos tan grandilocuentes que, mientras que podamos votar dejamos que hagan lo que quieran y los militares no van a venir. Les da pavor salir a la calle y dejar el ping-pong en los cuarteles. Afortunadamente para todos, hoy ya superaron la tortura de la picana. No hay cosa peor que esa quiero decir.

Levantemos en andas el espíritu de trabajo en equipo. Búsquese un compañero y comience a demostrar que se pueden lograr cambios mínimos que a la larga se traduzcan en una mejor calidad de vida para todos. Ojalá entendamos que se debe cambiar de a poco y no a grandes pasos. Y la política deberá entender que se debe gobernar para la gente pero en serio, no para garantizar un futuro propio. Saludos a todas las madres por su día.

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